La semilla de esta aventura musical comenzó a germinar hace cinco años en una jam session, cuando Salvador conoció en el Hot Clube Jazz de Lisboa a Victor Zamora, un prestigioso pianista cubano con el que instantáneamente compartió su pasión por el repertorio hispanoamericano.
El flechazo musical culminó cuando el contrabajista Nelson Cascais y el baterista André Sousa Machado se unieron al proyecto. Tenían la clara misión de llevar el bolero a los abismos del jazz, y jugar con él sin remilgos ni concesiones.
La idea inicial fue centrarse en un repertorio marcadamente cubano, aproximándose a canciones imborrables como “Tú me acostumbraste” (Frank Domínguez), “Oh vida” (Benny Moré), “Si me pudieras querer” (Ignacio Villa) o “Tú mi delirio” (César Portillo de la Luz), pero poco a poco fueron ampliando miras y abrazaron otras procedencias como “Silencio” del portorriqueño Rafael Hernández Marín, “Nostalgia” del argentino Juan Carlos Lobián, o “Alma Mía” de la legendaria compositora mexicana María Grever, que sirvió además de inspiración para bautizar el proyecto y dar nombre propio a este cuarteto.
En la vida pasé por varias obsesiones musicales: Stevie Wonder en la infancia, Hip-Hop en la adolescencia, más recientemente Chanson Française, etc. Sin embargo, hay dos corrientes musicales que, después de entrar en mi vida, no me han abandonado: el jazz y la música cubana.
Ahora, en una hermosa noche de primavera en Lisboa, en “Onda Jazz”, conocí a un verdadero hijo de estos dos sonidos, Victor Zamora, un pianista cubano con una octava nota de jazzman, que demostraría ser el cómplice adecuado para crear un proyecto que reuniera a estos dos. pasiones
Y así fue, Alma Nuestra creció con nuestra amistad. Ambos nos sentamos al piano y comenzamos nuestro proceso creativo: tomar un viejo bolero y destruirlo por completo, sin ninguna vergüenza.
Más tarde, otros dos socios se unieron a este crimen tropical: Nelson Cascais y André Sousa Machado, quienes, con sus ideas llenas de sensibilidad y musicalidad, trajeron lo que faltaba para definir la identidad de esta alma nuestra.- Salvador Sobral.
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