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Cosas de los viernes

Normalmente suelo llegar al viernes más muerta que viva. Nada nuevo si es lo que esperabais un viernes de mí. Hoy es un día especial porque voy a entrevistar a alguien que tenía muchas ganas y por fin sabré un poco más de sus proyectos. Es máximo secreto hasta mañana. Si permanecéis atentos a las redes sociales sabréis de quién se trata.

Pero volviendo a como uno llega al viernes, porque no sé los demás pero yo ya os he dicho que al límite, he pensado que podría retomar un afición que antes me encantaba. La pintura. De hecho hice un intento al entrar a un Tiger y comprar en plan low cost un panel y unas pinturas. Os podéis imaginar el desastre.

Siempre prometo no entrar al Tiger nunca más y siempre acabo comprando libretas que no me da tiempo a utilizar, y mira que de eso tengo gasto pero las pijadas inútiles que puedes llegar a comprar allí merecen un estudio aparte.

Un día estuve a punto de sacar boli y papel para analizar eso al detalle con un grupo que sólo compraba bolis, gomas y tarros de cocina. Pero compulsivamente, como si fuesen ellas a montar otro Tiger. Qué manera de comprar como si se acabase el mundo, es que no tengo comparación posible… Y éste regálaselo a fulanita y este para la tía Anita y este para el primo Juan.

Yo no sé si es que mi familia es pequeña o qué pero yo no veía eso nada factible. Es más, seguro que llego a casa y mi madre me dice que para qué he comprado esa cantidad de basura que luego acabas tirando, acumulando en cajas por no decir que es casi tirar el dinero como cuando pones parquímetro porque ahí sí que a mí se me va el dinero.

Pero tranquilos amigos, un viernes hablar de Carmena es demasiada intensidad, ya os he dicho que ando en reserva como para entrar en el dinero que nos absorben los políticos.

Llevo un mes que podría haber hablado de Cifuentes, no lo voy a hablar un viernes… aquí se habla de mi libro y nada más. De todas formas no creo que sea el lugar, quiero que esta columna sea una distracción del día a día y no lo que nos recuerda la tele a todas horas.

A mí me satura ver siempre lo mismo, escuchar lo mismo… De ahí que quiera empezar a pintar de nuevo, para distraer la cabeza… porque lo de mis clases de flamenco tengo hasta los zapatos y no veo el momento.

En el evento de Vicky el otro día ya sabéis que me alucinó el sitio y he leído que dan clases de flamenco así que igual tiro la casa por la ventana, aparco la responsabilidad y me distraigo un poco. No vaya a ser que no hayamos disfrutado lo suficiente cuando nos lo tengamos que preguntar. Repito, es viernes, una ya no da mucho de sí y tengo que preparar las preguntas de la entrevista ¡qué nervios!

Voy por ti… a las 12:30 como un clavo en destino.

Images: Pinterest

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