El Museo Nacional Thyssen–Bornemisza, en colaboración con Las Rozas Village, ha celebrado la inauguración de la exposición “Balenciaga y la pintura española”, que se podrá ver en el Museo entre el 18 de junio y el 22 de septiembre.
Esta exhibición, que sin duda se convertirá en uno de los grandes atractivos de la ciudad de Madrid para este verano, vincula la creación del influyente diseñador de moda Cristóbal Balenciaga con la tradición de la pintura española entre los siglos XVI y XX.
El apoyo de Las Rozas Village, uno de los once Villages de The Bicester Village Shopping Collection, a esta exposición única se enmarca dentro de un acuerdo de colaboración a tres años con el Museo en virtud del cual promoverán de forma conjunta Madrid como destino de Arte y Moda.
De esta forma, Las Rozas Village se convierte en el socio estratégico del Museo para el desarrollo y la amplificación de los contenidos relacionados con la moda: por un lado, se ha creado una experiencia conjunta llamada “Art meets Fashion”, que promueve un diálogo entre arte y moda tanto en el Museo como en el Village, y por otro, el apoyo a la gran exposición de este verano “Balenciaga y la pintura española”.
Borja y Blanca Thyssen, Eugenia Silva, José Toledo, Suzy Menkes, Jorge Vázquez, Alfonso Bassave, además de los duques de Huéscar, la duquesa de Fernandina, Naty Abascal y Blanca Suelves acudieron a la cita para descubrir en primicia la que es la primera gran exposición dedicada al modista vasco que se presenta en Madrid en casi 50 años y la primera que reúne, junto a sus diseños, una selección de cuadros de grandes nombres de la historia del arte español, una de sus principales fuentes de inspiración.
Además de la exposición, la noche de celebración estuvo marcada por detalles que constantemente remitían al maestro de Getaria: el catering estuvo repleto de guiños a la gastronomía de tres puntos geográficos esenciales para entender la biografía de Balenciaga: el País Vasco, París, y el Levante español, donde terminó sus días.
Tampoco faltaron dry martinis, su bebida favorita y motivo de competición con algunas de sus amigas y clientas aristócratas para llevarse el título de mejor coctelero.
Un escenario donde las peonías y hortensias blancas, sus flores preferidas, y una banda sonora encadenando éxitos de la chanson francesa, brindaron color a una noche en la que destacaron la elegancia y el buen gusto.
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