Perdón por insistir los viernes siempre lo mismo pero creo que el que trabaje de lunes a viernes (e incluso más) me entenderá. A mí me apasiona mi trabajo, me vuelve loca pero los viernes más.
Ayer en el ensayo de gira de Dani Martín hicimos muy tarde y les comentaba a unas compañeras que tenía que llegar, coger el ordenador, ponerme a hacer la noticia, hacer la columna… llevaba un poco de agobio y en algo estábamos de acuerdo todas.
Vivimos cosas increíbles pero es mucho más sacrificado de lo que la gente ve. Supongo que en cualquier trabajo pasa pero en este que no tiene horarios se lleva la palma. Lo hacemos felices, yo lo veo que es verdad que esto del periodismo es muy vocacional y repito que es una maravilla trabajar a gusto pero de verdad que ir a un evento no es todo ‘fiesta y despiporre’.
No sé cómo llamarlo pero creo que por la cantidad de mensajes que me llegan cada día comentamos y en eso todas estábamos de acuerdo, que hay muchas cosas que la gente no ve.
Ayer mismo por ejemplo sí, fue increíble, vimos los ensayos de la gira en directo, estuvimos con él, sí, es un lujo pero tienes que ir a las afueras de Madrid, exactamente 40 kilómetros desde mi casa, trabajar para que no falte de nada, llegar a casa, pasar las fotos, escribirlo… esto es un resumen muy enlatado realmente no acabaría pero estamos de acuerdo con que la gente se queda con qué guay, están viendo a Dani a un palmo y les está cantando las canciones a los ojos.
Sí, repito, tenemos muchas ventajas, nos tratan de lujo, nos ponen un catering maravilloso pero esta vida no es la fiesta que la gente se cree.
Te llevas el trabajo a casa, te queda mucho por delante cuando se baja el telón e infinitas cosas más que tampoco voy a enumerar porque no vienen a cuento.
Y lo comentábamos ayer, sí, no vamos a picar a una mina pero cuidado el trabajo es fuerte, es duro, estás trabajando con gente de primera y tienes que dar el mismo nivel y más una cuando es exigente y quiere las cosas al milímetro perfecto como es mi caso.
Es verdad y vuelvo a repetir que somos afortunados si lo que te gusta es ir por ejemplo a un concierto y casi ni tienes la necesidad de ir porque te lo ha cantado para ti pero cuidado… son muchas cosas, muchas horas, mucho detrás…
Así que a mis amigas cuando enloquecen porque vas a ver a fulanito o a mengano les diría que no todo es maravilloso que hay cansancio extremo aunque probablemente no se lo tenga que decir porque ellas ya lo saben y si algo les agradezco es que me den esa parcela para mí cuando saben que estoy que no me da la vida para nada, en eso también soy afortunada.
Así que quejarme no me quejo de nada, al revés, tengo más de lo que pude desear alguna vez pero ojo… así como la vida no es una constante fiesta, esto tampoco. Pero sí, ayer disfrutamos como enanas cuando Dani empezó a cantar, para que lo vamos a negar, una cerveza y una canción frente a frente… es todo un lujo.
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