Una iglesia gótica anglicana de imponentes dimensiones, en la abadía de Westminster en Londres, Inglaterra, es donde se llevó a cabo el desfile de Gucci. Causó controversia y oposición por parte de la Iglesia pero al final Alessandro Michele, director creativo de la firma se salió con la suya. En los asientos de los invitados almohadas de terciopelo con borlas y tapicería estampadas con flores y bordados de tigre. La pasarela medía 30 metros de largo, algo bastante mayor que de costumbre y de fondo sonaba “Scarborough Fair” para un show lleno de detalles y referencias.
Michele se inspiró en la cultura británica para esta temporada, de ahí el tartán, las plataformas, las tachuela y la era victoriana. Una colección llena de detalles en la que la mezcla de estampados fue la clave junto con los bordados. Mucho encaje y volantes con vestidos de caída fluída. En cuanto a los zapatos, las plataformas de colores dominaron la pasarela. A destacar las enormes gafas de sol, los pañuelos a la cabeza, hebillas de cinturón y serpientes y los labiales en color azul que seguro marcaran tendencia.
Alexa Chung, Salma Hayek, Elle Fanning… fueron algunos de los invitados estrella que pudieron presenciar el desfile desde la primera fila. Estas son algunas pinceladas de un desfile marcado por una gran personalidad y detalles únicos. Aquí van los invitados y los complementos que más nos han llamado la atención ¿Qué os ha parecido este desfile?
Images: Cortesía Gucci