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Equilibrio

A lo largo de este tiempo que lleva la web, relativamente poquito, me han llegado mensajes o mails muy emocionantes de muchas personas. Personas que me comentan la fuerza que puedo llegar a transmitir, la pasión por el trabajo, la alegría con la que hago todo… a mí de verdad y quien me conoce lo sabe, esto me produce una sensación muy difícil de explicar.

Es una emoción de agradecimiento que se clava y no se va y a la vez que esto lo reconozcan me da como muchísima vergüenza porque tampoco pienso que sea nada especial como para que alguien coja parte de su tiempo y me escriba.

Todos los agradezco muchísimo pero no sabes el motivo por el cual hay algunos que te llegan de una manera diferente. Este sábado mientras estaba en el concierto de Cadena 100 me llegó el mensaje de una chica que me dejó tan tocada que difícilmente supe ya salir de ese bucle.

Muchos me cuentan sus problemas, dramas, alegrías… hay de todo pero esta chica no quería en concreto tampoco nada, sólo quería darme las gracias pero con unas palabras tan bonitas que cuando una parte de mi equipo se fue un momento regresé a la sala donde estaba el photocall ya vacío y se me cayeron las lágrimas. Me emocioné. Porque hay personas tan bonitas en la vida que siempre intento que pesen el doble de lo que puedan pesar las dificultades.

Porque de esa manera creo que luego a los problemas no les das o no aleccionas a los problemas a que superen tus momentos de felicidad. Siempre he tenido muy claro que en la vida hay que quedarse con las cosas buenas y tratar de darle a las cosas el sitio o el espacio que merecen.

Es como que he recalcado la importancia de las cosas y mi carácter ha cambiado completamente. Si algo no lo quiero debe de estar en el espacio de las cosas que no merecen la pena. Por más que le expliques a una persona que eso no es así y no pone de su parte no va a haber manera, no te esfuerces, no puedes manejar todas las situaciones, mira para otro lado y sigue, con tal lo sepas tú es más que suficiente.

Pero hay personas que tienen ese don de transmitirte emociones tan bonitas que hay veces que yo no reacciono porque me quedo bloqueada.

Si me conoces personalmente es muy difícil que a la primera llegues a mi. Es más, un compañero hace poco me dijo y no es ni mucho menos el primero, ‘el día que te conocí me pareciste, seria y seca y ahora estoy alucinando, no puedes ser más chiste y simpática’. Me pasa siempre.

Porque esto, y es algo de lo que me he dado cuenta últimamente, es fruto de ese filtro que tenemos todos de tú mereces la pena y quiero que estés cerca, sobre todo cuando cumples cierta edad que ya no estás para tonterías.

Otra cosa es la timidez y que debido a ello a la gente que es tímida le cuesta más de primeras pero una vez has llegado a mí, no tengo problema de darte todo lo que necesites. No esperando por supuesto nada de la otra persona, clave muy importante. Ahí en ese punto es cuando eres feliz.

No voy a comentar nada en especial del concierto ya lo he hecho en las noticias qué queréis que os diga… es verdad que esto es columna de opinión y aquí puedo hablar más relajadamente pero que Pablo López enamoró con el piano y su voz, que Amaia Montero le cantó a la verdad, que Malú es una fiera escénica y que esa ovación no la hubo con nadie más y que Amaia me dejó petrificada en el primer directo que veía de ella. Ese calambre que tan pocas veces pasa, lo tiene.

Images: Pinterest

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