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Mi aterrizaje en el gimnasio

Sí amigos… probablemente ayer tuviera el síndrome de la columna vacía pero ya avisé que para mi descanso mental era necesario hacer de vez en cuando un espacio entre columna y columna. Va a haber, muchas, siempre, no las voy a dejar pero no conozco a nadie que haga una columna diaria de mínimo 600 palabras.

Era exprimir mucho mis posibilidades literarias. Hay veces que las columnas me parece que darles sólo un día de lectura es menospreciarlas. Así que ayer dejé en reposo este espacio para llegar creativa y se me ocurrió la ingeniosa idea de apuntarme al gimnasio.

Sí, fue un momento realmente malo cuando decidí poner de nuevo un pie en algo que me cuesta bastante. Pero como espero tener al menos una hora despejada al día (da la que tendré que hacerle un hueco por obligación) he decidido machacarme en el gimnasio. Me voy a apuntar a uno nivel avanzado, no por mi sino por las clases que me presentaron que los vi a full equip y no sólo por la ropa de deporte de última generación.

Pero vayamos por partes. Yo antes iba al gimnasio pero me daba una pereza horrible. Jamás pisé una clase de nada e iba por mi cuenta. Respetando mi filosofía de vida. Así que el gimnasio no iba a ser menos. Tener que aguantar a un profesor una hora seguida no entraba en mis planes. Y menos si al final de la clase probablemente me tuviese que venir a recoger la UVI.

No soy carne de gimnasio. Pero voy a hacer una excepción. He buscado uno que visualmente engaña y hay jardín y zonas comunes. Si solo veía máquinas me agobiaba así que primero creo que empezaré dándome una vuelta por las instalaciones.

No quiero forzar creo que ha quedado claro desde el primer párrafo. La verdad que yo soy más de al aire libre, veré cuánto aguanto. En realidad lo hago por salud y para desconectar. Básicamente como todo el mundo, solo que a mí un poco de alergia el chándal me da.

Dicen que hasta que no encuentras tu deporte no sabes realmente lo que te puede enganchar algo. Yo estoy enganchada a Zara no sé si vale como deporte pero bajar a Serrano me cuesta un rato y si ya aparco lejos es doble clase de spinnig. Tampoco controlo las clases, en realidad estoy deseando que haya una de ballet.

Ya veréis la bofetada que me pego nada más llegar cuando me pongan a levantar pesas. Estoy por hacer el diario del novato o vender una super producción a Netflix de mi esperado estreno.

Mientras el chico de comunicación me explicaba todo me comentaba que los socios también hacen un gran uso de la cafetería. En esa parte he puesto mucho interés y si en tenían Coca Cola y no Pepsi. Comprenderéis que después de una clase me sirven lo segundo y soy capaz de irme.

En fin, que mi aventura en el gimnasio promete. De momento estoy eufórica en comprarme la ropa de mi aclamado estreno. Y digo aclamado porque la gente no se lo cree. Qué poca fe… la ropa de deporte es la que falta en mi armario y como amante de la moda… tengo que probarlo todo.

Images: Pinterest

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