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Crónica de un viaje

¡Buenos días! Cada vez que viajo en tren pienso que no me puede tocar vagón más peculiar y sí… cada viaje termina superando al anterior. Este me ha puesto especialmente alerta porque llevo prácticamente dos días sin dormir.

Así que pensando dormir las casi cinco horas tengo los ojos en modo gif animado. Delante tengo a dos chicos y una chica que van juntos y se hablan como si el pasillo estuviera al otro lado del mundo. Como si uno estuviera en China y otro en una playa de Matañascañas. Mismamente.

Están conversando de deporte y los ojos se me están terminando de cerrar pero uno de ellos tiene un timbre como cuando en clase esperabas que sonara la campana y te retumbaba en el oído hasta que llegabas a tu casa. Al parecer son corredores profesionales, de 18 añitos. Vídeos y más vídeos para saber quién es el mejor en su modalidad… Creo que tendrá que venir Usain Bolt ha descifrar esta incógnita tan tremenda.

Madre del amor hermoso… qué actividad con las ganas de dormir tres días que tengo. Luego está la del asiento de al lado, el pasillo hace de aire pero me llega todo lo que le está contando a las amigas por teléfono. Se va a casar el 9 de Junio del año que viene con su Willy y las Iglesias le piden una pasta por casarse. 600 euros en concreto ¿En serio Dios pide tanto?

En fin, que está muy cabreada porque en el Soto de la Moraleja no se puede casar y tiene reservada otra por si al final se queda sin y no se puede casar con su Willy. Le ha contado a las amigas lo más grande de otras bodas y jura no repetir los mismos errores. A los de la carrera les ha dejado de sanotes. Con lo nerviosa que me habían puesto.

Qué feo eso de repasar los errores de las bodas de tus ‘amigas’. Se ha pasado cuatro horas hablando con dos de ellas y su novio hace una hora que está en llamada entrante a ver cuando le da por entrar en la estación. Cari, no hay cobertura ¡qué quieres!. Bueno pues como te decía que estoy negra con el tema porque encima la fecha ha habido que cambiarla porque es la final de la Champions.

Ay mi madre… la gente qué ganas de casarse ¿no? Los de detrás hablan de los amigos que tienen hijos y sólo hablan de pañales y vómitos. Yo a estas alturas estoy medio amarilla ya. Por no hablar de que se han caído tres maletas encima de la mía de unas italianas que están dando la vuelta al mundo. Al menos me la han terminado de cerrar.

En fin. Así son los viajes en el AVE. También hay un niño pero que queréis que os diga… qué ricos cuando duermen. Os dejo con el look, llevo vestido de Coosy de hace creo dos temporadas, camisa Mango, zapatos Purificación García, pañuelo Amichi y capazo Maisons du Monde. Mil besos en el corazón.

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