Siempre he valorado la inmediatez bien medida, si es que a las prisas se les puede pedir templanza pero esta vez he querido meditar lo imprescindible.
Hace una semana, Yolanda Sacristán, directora durante 16 años de Vogue España y actualmente directora de Harper’s Bazaar, ofrecía una conferencia en el Museo del Traje de Madrid. ‘Historia e historietas de la moda en España. 25 años de moda y anécdotas’.
La vi hace un tiempo durante las jornadas de ‘Madrid Fashion Film Festival’ con Raquel Sánchez Silva, Diego Postigo y Juan Vidal y me sorprendió su capacidad de franqueza combinada con altas dosis de humildad. Todos tenemos en la cabeza una idea preconcebida de Vogue y no es otra que cruzar su puerta supone un descalabro de emociones, lo que viene siendo un buen racimo de nervios, en una cabecera que es la que más frutos da.
Me volvió a sorprender la sinceridad con la que habla y es que supongo que al fin y al cabo es la base siempre de todo. La clave de su éxito, la baza con la que los lectores le devolvieron la fidelidad. Primero fueron los que Ragazza, revista en la que trabajó durante 10 años para más tarde y arrojando Vogue’s por el camino, llegar a su destino. Llegó a la cabecera soltando lastres, no es una metáfora por un primer puesto sino posiblemente la única manera de poseer ese espacio vital para subsistir en un mundo ‘arrogante’.
Durante 16 años mucha templanza en la carrera por la coordinación, en una exclusiva redacción. Su primera portada como editora fue la de Karolina Kurkova bajo el título ‘Primera mirada’, un plano donde la protagonista era la mujer antes que la moda. Dio el primer taconazo y fue todo un pelotazo. Pero detrás de ese vinieron otros e innumerables momentos anecdóticos como sacar a Kim Kardashian al natural tras su cuerpo escultural. A Ronaldo con Irina aunque horas antes éste perdiera con el Madrid y dijo que de salir tendría que surgir.
Anécdotas y momentos que normalizó en una vorágine constante sin perder la emoción porque la impresión es eso que no falla, ni siquiera se ensaya, la cuestión es que hay que tener visión. La tuvo, años en los que pasaron mujeres tan importantes como Penélope Cruz, Kate Moss, Chiara Ferragni… Esta última fruto de saber adaptarse a los tiempos, aquellos en los que se busca que la esencia permanezca pero que la revolución nunca desaparezca.
Afirma que lo hizo lo mejor que pudo, que las decisiones se toman pensando en el futuro y que el suyo ahora está al frente de Harper’s Bazaar. Mujer de imponentes tacones que siempre está a la altura de las circunstancias con o sin ellos, con una sensibilidad decidida, apresurada en la forma de agradecer y coleccionista de recuerdos imborrables.
Mudanza de anécdotas y lecciones vitales es lo que nos transfirió la semana pasada en un cheque de valor incalculable. Porque siempre es mejor aprender de la experiencia, que de la apariencia.
Fotos: Living Backstage
