Supongo que a nadie le sorprende el éxito de la última apuesta de Antena 3, ‘Mask Singer, adivina quién canta’.
Llevan anunciando el programa de mayor éxito en el mundo demasiado tiempo como para que la expectación no estuviese latente.
De hecho, programar un formato como este en tiempos de pandemia ya es en sí apostar a caballo ganador. No tiene refrito ‘multireality’, en el que los concursantes se sostienen de manera cíclica y perenne creando un efecto soporífero en el espectador. Que Giorgina Gio sea la primera desenmascarada nos da una pista de la hornada.
Un programa con trabajo de campo, nada de noche pasiega, nada de chisme, a lo sumo te puede aparecer un cisne. Unas máscaras tan bien trabajadas como blindadas, ahí también la novedad, no estamos acostumbrados a que se cuide tanto un formato, últimamente primaba el garabato.
Quizá en pantalla el plató se quede algo pequeño pero es por hablar de relleno. Me gustaría toparme con la de vestuario para ver semejante muestrario.
Que importante es la intriga en una vida llena de inmediatez, estoy segura que esto nos lleva a la estupidez. La gente quiere ver un capitulo tras otro, no espera, se impacienta, corre, no aguanta. Quizá por eso cuando nos sucede algo no tenemos la paciencia que requiere la vida ante lo imprevisto.
El consumo ya no es como antes, ahora genera hasta ansiedad es lo que ha mamado la sociedad. Hemos crecido con eso, sea catastrófico o sordo preludio de conducta.
Si observamos el programa nos devuelve al origen, enfoca tu mente al ‘Juego de la Oca’, una de las raíces del entretenimiento, fruto de la casa, del juego en familia.
Con el añadido del paso del tiempo, las redes como grandes agitadores sociales, con voluntad de aflorar valores. Que conducen a la diversión y a la curiosidad, sin rozar la crispación de toda una nación.
Con la voluntad del regreso, del punto cero también para eso. Lo que nace puro y no se enzarza en lo oscuro.
Con un jurado compuesto por los mayores agitadores de curiosidad, Los Javis, que no dejan de levantar expectación en cada proyecto, reyes de la casa e idolatrados por las plataformas.
Malú, que le sobra presentación, mujer camaleónica con millones de discos vendidos, simpática desde siempre y salvadora de la expectación de programas de televisión. Por último José Mota, que ha desempolvado el visillo para encontrarle a la máscara el puntillo, le vienen meses de rácord a ver si una script es capaz de unir este año.
Arturo Valls, estupendo maestro de ceremonias, de esas donde el idilio es duradero y fructífero, un Romeo con su Julieta Atresmedia, que sabe que es figura sine qua non de la nave.
Y un punto tremendamente importante, que la plantilla de la cadena reme en favor del formato, no por contrato.
La ilusión, distracción (que falta hace) y la sorpresa, son un factor clave a la hora de encontrar la llave del audiómetro, donde hasta el final de la noche han de mantener el pulsímetro. ¿Seguirán siendo capaces?
‘Mask Singer: Adivina quién canta’ barrió como el mejor estreno de entretenimiento de los últimos 8 años (septiembre de 2012) al alcanzar un 27,4%, líder absoluto, lo más visto de la TV y de toda la temporada con 3.740.000 espectadores.
Images: Atresmedia
