¡Buenos días! En realidad llevo más de 24 sin dormir y ya no sé si es de noche o de día. Se me viene a la cabeza una canción de Enrique Iglesias después de esta frase ¿o será que aún llevo la fiesta en el cuerpo? No estoy en condiciones de elegir. Este fin de semana se casó mi amiga Rocío en Segovia. Bueno error. En Segovia dormimos. No, eso tampoco. En Segovia dejamos las maletas en una habitación. Eso está mejor.
Se casó en un pueblecito cercano en el que había cuatro casas literalmente y una iglesia que no pude dejar de mirar. No os cuento la entrada de mi amiga vestida de novia en ese lugar… ¡Rocío eres muy top! Iba ideal y no sabéis que iglesia tan bonita para casarse. Después de una celebración preciosa nos fuimos a la Abadía de Parracés, como a media hora de la iglesia. Un sitio espectacular para celebrar el banquete de una boda. Pero antes de todo eso os voy a contar lo que nos gusta a mis amigas y a mí vivir al límite.
La boda era el sábado a las 18:00. Salimos de Madrid a las 14:00. Al límite, sí. Porque una vez en Segovia había que maquillarse, vestirse… etc. Nada más salir de la puerta de mi casa. Atasco. Pero no un atasco cualquiera. El atasco. Carretera de La Coruña, ultra colapsada no se sabe porqué, en Madrid los atascos son así de repente estás en uno que no tiene fin y en un segundo se deshace. Cuando todo iba bien veo un cartel que pone Segovia y directa a liarla.
En 5 minutos nos reconducimos… nos habíamos ido por la general… Nosotras, que somos tan poco comunes. Yo creo que era el cansancio de la semana, tengo un sentido de la orientación que podría quitarle el puesto a Siri. En linea recta de nuevo y el tiempo se nos echaba encima. Llegamos por fin tras ver 5o radares imaginarios que con lo que a mí me gusta correr empezaba a pensar si con el coche de los picapiedra nos hubiese valido…. Total que una vez allí decidimos que estaría bien coger el autobús para comenzar la mini excursión hasta la boda. Quedaba apenas media hora y nos teníamos que vestir, maquillar… ¡y hacer las fotos! Ahí ya fue el ataque de histeria. Fotos en medio minuto corriendo y al bus… todo termino a las 6 de la madrugada. No reímos muchísimo, lo pasamos fenomenal, estuvimos muy agusto… que os puedo decir de la boda de una amiga…
Bueno un dato único y fenómeno paranormal. Aguanté con los tacones de cinco de la tarde hasta las seis de la madrugada. Los más cómodos que he llevado en toda mi vida, un fenómeno sin precedentes yo aguantar tanto en tacones, juro que son los más cómodos que he tenido nunca. Me los compré en una tienda en Sevilla que no sé ni el nombre, estaba antes de llegar a la plaza de la Alfalfa, y ya cuando me los probé pensé… los más cómodos de la historia pero claro… soy con tendencia a la exageración extrema pero no… no estaba equivocada. El resto del look es de VICTORIA, cartera vintage, el tocado me lo hice yo y creo que nada más. Mil besos en el corazón, mañana más.
