¡Buenos días! Hoy os escribo desde el tren, otra vez. Cada vez que escriba desde aquí me gustaría hacer una serie de capítulos y titularlo algo así como… ‘viajes en el tren parte 1, 2, 3, 4, 5 ,6… y así hasta donde me lleve la vida porque lo que dan estos viajes de sí… ¡es tremendo!
Quería escribir un artículo porque estoy con la inspiración a tope pero está la típica pesadísima de turno que no para de hablar con una compañera que se ha encontrado que no veía desde las oposiciones y la tiene frita. Yo creo que todo lo que aprendió lo está soltando.
La otra acaba de tener un bebé y está en plan ‘déjame tranquila’ (prolongable a todo el vagón) y la otra emocionada que se la ha encontrado en el AVE. El bebe tiene 19 días, obvio ha sido otra de sus preguntas y como no pare me veo que también sabré su número de pie y si lleva extensión de pestañas.
De repente he escuchado un pato. Sí, no se me ha ido la cabeza ¡un pato! ¿Aquí dejan pasar patos? Yo pensaba que perros y bajo una nube de manifestaciones por dejar entrar al animal pero ¿esto? Lo lleva una chica de ‘estrangis’ (he mirado en San Google mil veces si se escribe así) y estoy preocupada por si la de las oposiciones lo descubre. Es capaz de soltarlo a pasear.
¿Cómo llevas un pato-ito escondido? Le ha metido al niño en la mochila un juego con sonidos de animales y obvio le ha dicho que al sonido del pato le dé con toda su alma. Para disimular supongo semejante fauna.
La señora que llevo al lado lleva Chanel Nº 5 y está espantada. Posiblemente es de las personas más elegantes que me he encontrado y a la bajada será la más sudada como esto siga así. La de delante está dejando la cabeza a prueba de la gravedad y yo estoy sufriendo porque en el resquicio que queda entre su asiento y mi mesa está metiendo su pelo en unas flores que llevo. Si, viajó con flores que pasa, hay otras que llevan patos.
El caso es que la peonia está a punto de ser su tempur y tampoco sé donde meterla, esto no es first class. Con este panorama la inspiración se me ha esfumado claro pero no quería dejar pasar esta oportunidad de contar lo fantástico y maravilloso que es viajar en el AVE. Pero antes de todo esto… que como siga así no cuento lo que vais a ver, estuve en el Market de flores que por tercer año consecutivo organiza Vogue en Madrid en la calle Jorge Juan.
Estuve dando un paseo rápido mientras esperaba a unas amigas. En pleno barrio de Salamanca participan las 25 mejores floristerías del país y la calle está súper animada. A parte de miles de flores los bares de la zona estaban obvio a reventar, gin tonics, zona vip con aperitivos de Sucrán, refrescos y aguas de Solán de Cabras y otros puestos para descubrir las fragancias de Rochas inspiradas en las flores o cinco modelos de coche Lexus decorados en exclusiva por los floristas participantes. ¡Todo un planazo! Os dejo con las fotos para que veáis que mañana tan bonita. Mil besos en el corazón, mañana más.