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Crónica: Malú regresa con su nuevo trabajo ‘Oxígeno’

Es de valientes parar. Lo único que paraliza en la vida es el miedo, quizás por no saber hacia dónde remar, quizás asfixiado por las condiciones o por un camino con demasiadas vertientes que te empujan hacia una meta a la que tú no quieres llegar todavía.

El aire nunca falta, se empeñan en decir. Todo esto está lleno de aire, de oxígeno, pero tú no lo sientes así. Te aprieta la vida, esa que tienes poco a poco que desenredar. Y también es necesario que te falte por esa contraprestación que te lleva posteriormente a saber coleccionar momentos de los que pasan a denominarse imborrables.

Malú se he tomado dos años para reorganizar su oxígeno vital, para que fluyera por defecto y con caída libre de sentimientos, que no siempre asegura números hambrientos. Qué difícil es remover ahora cuando se es autora, en un periódo musical en el que pocas veces uno se abre en canal. Qué pocos huracanes de emociones con epicentro en todos los corazones. Qué fácil es bailar, antídoto para paliar pero con fecha de caducidad al despertar.

Ella, con Oxígeno ha contado, ha llegado y lo más importante… se ha quedado. Porque Oxígeno es una radiografía de su alma, su talento siempre ha sido universal, ha creado a su ritmo, en un mundo de locura, fiel a su cordura.

No creo que Oxígeno sea un trabajo para todos los públicos, es un disco del que aprender, que a veces, la vida no es como la pintan. Simplemente y sin más parafraseo, porque las nuevas generaciones están remando hacia un océano de colores, sin saber, que el mar está lleno de algo que no es precisamente O2 y no hay filtro que cure lo más desgarrador.

Tampoco es para los impasivos, para los que digieren rápido o los que no buscan la verdad. Porque precisamente está lleno de ella, sin ser consciente quizá, que ha conseguido juntar invierno y verano, primavera y otoño, que ahí está todo lo que uno puede sentir cuando tiene ganas de vivir sin medir.

Porque vuelca emociones sin medida, desgarros con dolor y de liberación, no se le puede catalogar, después de tantos años, tampoco hace falta. Preocupada con si los suyos estarían, ahora me pregunto, si alguien se aislaría de un latido seguro.

Sólo sabe descifrar la enredadera quien la riega. Acaba de florecer un trabajo en el que también hay cabida para otro artista universal, su hermano Alejandro Sanz y perdonen que lo de hermano lo ponga sin comillas porque la familia es una elección sin réplica ni presión. Precisamente de eso huían los dos cuando decidieron homenajear a Paco de Lucía, con Llueve Alegría. Desde el amor más grande.

Maestro, estoy segura que no les sacaría defectos, los dos están perfectos y han conseguido llegar, a todo el que el corazón lo considera como hogar. De ahí uno no se va nunca porque sabe que es la maquinaria precisa que va marcando el impulso de la vida.

Le hacía falta el oxígeno, a aquellos que salen para delante pero que siempre tienen como referente, a los que hacen de una gira un motivo con los que mantener ilusionada la mente.

Enhorabuena.

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Malú Oxígeno Disco Portada

Images: Rubén Martín

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