¡Muy buenos días! Como muchos sabréis el sábado fue mi cumpleaños y como me apasiona cumplir, pues yo ¡feliz! Me desperté súper pronto porque a parte de llevar el horario de la semana en el cuerpo estaba ya nerviosa. Tantas cosas por delante en un día llenito de planes que parece que me iban a faltar horas. Yo los cumpleaños los sigo viviendo como esa noche cuando eres pequeño y vienen los Reyes… así es la emoción que siento y creo que nunca se debería de ir. Pasar un cumpleaños soso es lo más triste que hay.
Desde aquí quiero agradecer a todo el mundo que sacó un ratito y se acordó de mi. Siempre hace muchísima ilusión y una vez más me di cuenta de toda la gente bonita que tengo a mi lado. Me sorprendió que este año más que nunca fue el de las llamadas. Y eso existiendo el whatsapp es ¡muy difícil! Las notas de voz me las puse a última hora del día en plena compra del regalo de cumpleaños. El chico de la tienda debió de pensar que era un casting de La Voz 🙂 Que bonito cantáis amigas… Esta vez como yo era la experta en la materia no fue sorpresa pero sí para llorar de emoción ¡era lo que quería! Lo veréis pronto por aquí, o mejor dicho… se notará.
Un año más… Os dije que os iba a hacer una reflexión por aquí pero en verdad… para qué. Llevo la vida que quiero, sé cómo quiero vivirla o eso es lo que siento, me encuentro más segura que nunca… yo creo que llega un punto en la vida en el que la edad te asienta. Lo podré hacer mejor o peor, pero es mi vida y estoy más que feliz. A nivel personal estoy en una etapa bonita y a nivel profesional estoy cumpliendo un sueño y se me han abierto puertas que jamás imaginé. ¿Cómo voy a pedir más? Nada es fácil pero sí todo merece la pena.
El día de mi cumpleaños siempre tuve un capricho. Esa era una tarta decorada, no soy de grandes regalos con poco se me hace feliz y de entre todo lo que tuve, lo mejor casi fue la tarta. Para que os hagáis una idea de lo que me importa a mí lo material. No la pude imaginar más ideal ¡ni más rica! Era muy Living Backstage, con mucho significado… porque en mi vida todo tiene un porqué y bastante generosa en las raciones, porque siempre me gustó compartir… esa es una buena razón. Mil besos en el corazón, mañana más