A finales de los años cincuenta la actriz Ava Gardner llegó a Madrid. Cuentan las crónicas que las noches de la capital “olían a ella, a alta costura, alcohol y tabaco”.
Un Madrid en blanco y negro dónde Ava paseaba del brazo del torero Luis Miguel Dominguín enfundada en los vestidos Manuel Pertegaz y acompañada de Orson Welles y Ernest Hemingway.
Este es el universo que recrea la tercera colección de Jorge Vázquez para PERTEGAZ donde la tradición española se convierte en lujo contemporáneo.
Vázquez viste a la mujer contemporánea con lo mejor de aquella época y la invita a un paseo interminable por Madrid que arranca en la Gran Vía y continúa hasta Ópera, La Latina y el Retiro, recreándose en espacios míticos como Lhardy. No falta una tarde de gloria taurina en Las Ventas y la nocturnidad agitada de diversión en el Museo Chicote, Florida Park o Villa Rosa.
En ese Madrid la protagonista de “La Condesa” era realmente libre; había huido de Hollywood, del férreo control de los estudios y de Frank Sinatra, su marido.
El próximo otoño-invierno de PERTEGAZ es una oda a lo español más puro, a la libertad, a las tradiciones, a lo artesanal, al dominio del corte y el patronaje; a la selección de tejidos, a los colores escogidos meticulosamente y a las prendas vivas porque más, siempre, es más: flecos, encajes, plumas, pedrería, terciopelos…
Jorge Vázquez reedita piezas sofisticadas como el abrigo de moaré fucsia que la casa PERTEGAZ ya inmortalizó en 1954 en la puerta del Villa Rosa. La colección se materializa a través de siluetas relajadas que esconden volúmenes, mangas abullonadas y prendas que se recogen y drapean continuamente.
En lo que a tejidos se refiere, están presentes terciopelos, moarés, muselinas estampadas, lentejuelas, encajes y sedas.
La paleta de colores es la de Manuel Pertegaz: rojo, negro, blanco y moca, que Vázquez salpica con pinceladas intensas en fucsia, verde agua, turquesa, teja y coral.
Images: Cortesía de Pertegaz