¡Buenos días! Llevo todo el día pensando en lo efímero de las cosas. El look de ayer os gustó a muchos de vosotros bastante y el de hoy, si os soy sincera, me gusta tanto como el de ayer. Porque otra cosa no pero esa falda dorada era un capricho. Ideal pero un capricho y no precisamente por su precio.
Hay looks que te das el gustazo de ponértelos y sabes que en general van a gustar porque tienen algo o al menos así me da la sensación a mí. Es algo que no sabría explicar muy bien pero que yo incluso haciéndome las fotos pienso ¡qué subidón de look! Pero también es cierto que en el día a día aunque vayas mona tienes que ser práctica por eso subirte a unos tacones todos los días puede ser ideal pero todas sabemos como acabamos el día. Es cierto que a mí me parece cómodo, sí, habéis oído bien, voy cómoda en tacones pero el día que me toca correr por Madrid tengo que ser bastante práctica y los acabo destrozando porque cuando piso… es como el carácter ¡piso rotundo y fuerte! se me estropean enseguida.
Estoy harta de ver looks irreales pero en eso ya no voy a entrar. Una cosa es que un día te apetezca y otro que veas que la cosa se te va de las manos. Quizá esta explicación venga a que este sombrero estamos de acuerdo que no es para todos los días pero sí para ponerlo en según que ocasiones. Yo me sentí que le iba ideal al conjunto por no decir que estoy enloquecida con el y que me lo pondría hasta para ir a la compra. Ya sabéis lo que os digo siempre… lo que me gusta, me gusta mucho, soy mujer de extremos. ¿Y por qué os decía lo de lo efímero de las cosas al principio? Pues porque teniendo una web de noticias me he dado cuenta que hay cosas que querrías que estuvieran en portada mucho más de lo que están ¡la vida vuela! Así como el look de ayer me hubiera gustado que se quedara unos días más. Pero así va la vida de deprisa, cada día sale el sol y al igual que las oportunidades, cada día es un comienzo.
Llevo canotier de Masario, abrigo-chaleco no sé muy bien cómo denominarlo de H&M, camisa, zapatos y pantalones de Zara y cartera de mano de Vicky Martín Berrocal. Mil besos en el corazón, mañana más.