in ,

Desconectar con amigas

Hace unos días recibí un mensaje que acababa con… ‘y así compartimos sinergías’. Tengo la palabrita metida en la cabeza y no se va. Compartir sinergías… y es que a veces uno se cree que está en la cara de la verdad y la montaña puede tener muchas caras.

En definitiva, que ayudarse y nutrirse de los demás está muy bien. La semana pasada entendí un poco más de la necesidad de los seres humanos y sus relaciones con lo demás en diferentes hábitos. Ya sea de trabajo para crear competencias más enriquecedoras o los seres humanos como conjunto. Siento esto un lunes y más si lo estás leyendo en el autobús de camino al trabajo.

Así que lo voy a explicar más coloquial. La respuesta compleja la tenéis en la entrevista a Abel Pintos, en la portada de Living Backstage. Me sorprendió su intelectualidad y su capacidad de razonar según que temas con tanta maestría. Lo podéis leer según pase un poco la mañana.

Pero llevándome ese tema al terreno más llano os contaré que este fin de semana se lo he dedicado exclusivamente a esos seres necesarios que hacen tu vida más feliz, los amigos.

Realmente el otro día hablaba con una amiga y las conclusiones a las que se llegan son mejores que cualquier clase de terapia (véase lo que os hablaba el otro día de mi amiga con el regalo de su suegra sobre una clase de Mindlfulness) Váyase la suegra de paseo y vuelva por donde ha venido.

El caso es que otro mensaje que recibí fue… Ya te contaré, cosas de las mías que no tienen gravedad. Y es que no hay nada mejor que hacer terapia con amigas. Es como poner el contador a cero del estrés para darse cuenta de lo importante y reír tanto que no importe nada más.

Como cuando le cuentas los problemas a tu madre y te dice… ¿por esa chorrada estás así? Yo creo que realmente los seres humanos en general a las cosas le damos más vueltas de lo necesario a algo que nos ha salido mal.

Es como una lavadora que centrifuga y empieza todo a liarse. Pero hay que pensar que en algún momento todo tiene fin. Y pasa y se acaba y luego lo ves un mal menor. Pero explicárselo a tus amigas ayuda y más cuando están en realidades diferentes en cuanto a temas laborales. La suerte que tengo es que mis amigas mi mundo les parece atractivo pero no suelen preguntar, al revés, siempre impulsan motivacionalmente a que te vaya bien y poco más

El otro día cuando tuve que ir a la charla sobre emprendimiento muchas de ellas me mandaban mensajes con los que era imposible que algo pudiese salir mal.

Por eso es tan enriquecedor tener a gente porque así como te dan el impulso también te recogen en el caso de que lo necesites y también valoran cuando les pides ayuda. Creo que es tan enriquecedor saber compartir y abrirse que quizá me cuesta bastante entender a la gente que no lo hace así. Aún estoy en esa fase de saber entender que cada persona tiene un mecanismo respecto a esto diferente a los demás.

Lo que está claro es que las relaciones humanas son altamente necesarias y puede parecer una obviedad pero seguro que vas tan rápido durante la semana que no sacas ni un hueco para darle espacio a lo que importa. Hay que ponerlo en práctica, siempre he visto muy beneficioso tomarse una caña después del trabajo, a fin de cuentas unos minutos de tu vida que suman y nunca restan si es para desconectar.

Images: Pinterest/Instagram Elle Ferguson

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *