‘…este segundo no vuelve, tic, tac, tic, tac… que se pasa el tiempo, que se va la vida, que solo es un momento…’.
Stephen Hawking definía el concepto de inteligencia como “la capacidad de adaptarse a los cambios” y Alejandro Sanz no solo se adapta sino que se anticipa.
El término que engloba a este nuevo trabajo ya se despide de una época. El cantante hace unos meses confesó en la rueda de prensa de la presentación de su primer single ‘No tengo nada’, que llamar al disco, ‘#ElDisco’, era un homenaje a un formato que con los años tenderá a desaparecer.
No así lo intangible universal, porque perdónenme que crea que este disco está lleno de ese intento de reconciliación de una humanidad que permanece estancada o agarrotada en el azote ancestral.
Fluir en el sentimiento, por cultura, siempre se ha considerado vulnerable o débil, quizá sin recapacitar que es lo más puro que mantiene la fuerza en una comunidad.
Su persona, hace años que recorre el mundo en busca de experiencias vitales, los artistas vuelan libres a pesar de divisar la adrenalina de un proceso de cambio tecnológico profundo y a un ritmo tan rápido que le ha hecho confluir con personas tan diversas como Nicky Jam o Residente.
De nuevo, recalca la lección de unidad, de hogar, entendida como la esencia que siempre será la mejor herencia.
Mucho lenguaje común, que no banal, y reconocerte hasta estremecerte. El mundo, ese lugar que promete si no permites que se agriete.
Mención especial para ‘Este segundo’ con la cristalina voz de Judit Neddermann, un ‘homenaje’ al noreste español agitado, del que a nadie sirve de agrado.
Como salvación cantar en un idioma que también es el nuestro, seas de donde seas, el rescoldo siempre es que lo sientas.
Canta desde la calma del conocimiento que posee, perseverancia cultiva y amor reparte. Mantiene el calor que arropa sin dejar que el frío cale ante las decisiones precipitadas, él siempre ha sabido estar presente en los momentos más importantes de la gente.
En la infancia de muchos, en el viaje de todos, incluso hay paisajes que llevan su nombre. Diez canciones de genialidad intelectual componen un disco que ya es número uno en 12 países.
Es verdad, querido Alejandro, ‘esto va muy deprisa’, así que por si no me da tiempo, es usted el artista que el mundo siempre soñó y por el que la gente siempre apostó.
Images: Universal Music