Esta noche pasada Alejandro Sanz ha sido galardonado en Las Vegas como Persona del Año en los Grammy Latinos, el homenaje de la industria de la música latina, un reconocimiento a toda su obra. Un ‘grammy’ que viene de la Academia, de los músicos y artistas, de los productores… es sin duda, el premio más importante dentro del ámbito de la música.
Porque no es solamente a un disco, podría ser aquel que cambió todo y con el que este año ha celebrado dulcemente su aniversario con un apoteósico concierto, ‘Más es Más’, sino recoger los frutos de una trayectoria, una vida dedicada a la música, ese don especial que Alejandro Sanz ha mostrado al mundo con epicentro español.
De las muchas cosas que le tenemos que agradecer a Alejandro Sanz es de habernos hecho participes de su talento indudable y también de sus éxitos al otro lado del charco en los que siempre han visto una calidad humana excepcional.
Sanz es mucho más que una persona indispensable y emblemática de la música hispana, es mucho más que la banda sonora de cada uno de nosotros. Sabemos que es un referente, sabemos que es multipremiado y coreado pero no sé con seguridad si los españoles somos conscientes de lo que este músico ha hecho por España, o quizá sí pero no le damos el valor real en un mundo en el que le damos esplendor a lo vacío.
España es un país que por lo general no suele aplaudir el éxito ajeno y digamos que la música no obtiene ese puesto prioritario a la hora de sacar pecho. Quizá precisamente por eso, porque los músicos son ese tipo de artistas con un don raso a la hora de vanagloriarse. Una persona que mueve lo intangible no posee afán más allá de descolocar sentimientos quizá por esas grandes dosis de humildad implícita.
Alejandro Sanz ha sido reconocido como la Persona del Año, seamos consciente de eso, y ha dado un discurso con lección al aire “Cuando era un niño tuve un sueño, después una guitarra, un acorde, un verso, un miedo, una necesidad, una canción y me puse a cantar”. “La música sin un sueño no es música: sólo es una ecuación más. Debemos soñar en alto, debemos soñar despiertos”. “Un sueño me trajo hasta aquí y hoy aquel niño que fui, donde quiera que esté, les da las gracias a todos ustedes”.
Un músico con lenguaje universal, de presencia colosal con una sensibilidad que desprende generosidad y unas melodías con origen de bulerías. No descuidemos la raíz ni dejemos de lado el agradecimiento porque sólo lleva al empobrecimiento.
Enhorabuena, Alejandro Sanz.
Images: Latin GRAMMYs RR.SS