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Entrevista a Luis Cepeda: ‘Orozco es la mejor persona que me he encontrado en la industria musical’

POR BEATRIZ MORENO:

Es uno de los artistas que más ha dado que hablar en los últimos tiempos, uno de los grandes descubrimientos musicales ​del momento. Hace algo más de un año publicó su primer trabajo discográfico, “Principios”, y desde entonces, Luis Cepeda ha demostrado en un muy corto periodo de tiempo que se puede sacar un álbum y mantenerlo durante semanas en el nº1 de la lista de ventas en nuestro país, ​alzarse con el platino y colgar el cartel de sold-out en multitud de conciertos de su primera gira.

El cantautor se dio a conocer con su participación en Operación Triunfo, el concurso fue un buen escaparate, pero nadie le ha regalado nada, todo lo que ha conseguido ha sido a base de esfuerzo, tesón, trabajo y talento.

Eso le ha llevado hasta lo más alto y también le ha hecho descubrir la cara amarga del triunfo: la de estar permanentemente cuestionado y vigilado, que cada palabra o movimiento suyo sea estudiado y sacado de contexto como si de alguien peligroso se tratara; y la de estar siempre, sin comerlo ni beberlo, en el ojo del huracán.

Algo que tiene claro que no va alejarle de su objetivo: la música. Su manera de contestar a todos los que intentan desestabilizarle es a través de notas, versos y melodías con las que traspasa los oídos y el alma de quien tiene a bien escucharlas.

Esas que le llevarán hasta donde él quiera llegar porque ganas y arte le sobran. Hoy, aquella frase que se acuñó en el talent show de: “Cepeda se queda”, cobra más sentido que nunca, y es que es así: Cepeda se queda, pero en el mundo de la música para siempre.

“Nuestros Principios”. Hablamos de una reedición, pero por el material inédito que presentas, 9 canciones, casi podríamos hablar de un disco nuevo.

Podría ser un disco nuevo, sí, pero he decidido hacerlo así porque no quiero abandonar todavía el proyecto que tengo con “Principios”. Todavía tengo gira y, si sacaba disco nuevo, tenía que esperar un tiempo para lanzarlo y me apetecía sacarlo. Me dieron a elegir entre la reedición o un nuevo trabajo y elegí esto; también me recomendaron sacar menos canciones, pero no me sale guardármelas, así que las he metido todas, ¿por qué no?

En la producción vuelves a contar con David Santisteban y, en esta ocasión, también con John Caballés, ¿qué han aportado ellos al sonido de Cepeda?

David aporta ese sonido al que ya estamos hechos, y hay también algún tema al que le hemos dado mucho más la vuelta y le hemos metido mucha más caña. El que aporta más cosas nuevas es John Caballés, nunca había trabajado con él y aporta un sonido mucho más roquero.

Más guitarra eléctrica, ¿no?

Sí, mucha eléctrica, mucha batería, muchas cosas más instrumentales, de sonido más old school.

“Nuestros Principios” o lo que podríamos traducir como: verdad, libertad y valores.

Sí, también. Mira, -me enseña sus tatuajes- Beginings y Values. Son los dobles significados que quería darle al disco: “Principios”, por el comienzo de una carrera que no quiero que se acabe. “Valores”, porque, evidentemente, es lo que intento transmitir en el álbum. Y “Nuestros” es porque quiero hacer partícipes a la gente que lo compra y que lo escucha porque es de ellos también.

¿Entenderías otra manera de hacer música si no es basada en esas premisas?

No. Para hacer música tienes que contar verdad y, si no lo haces, a la hora de cantarla e interpretarla, no creo que se pueda llegar a transmitir algo que uno no cree.

¿Qué pasaría si alguna vez te falta alguno de esos pilares?

No sería yo mismo y me rebelaría contra eso. No querría sacar algo que no me transmita nada ni que no diga nada de mí.

Entre las sorpresas de esta reedición se esconde, por ejemplo, la colaboración con India Martínez en “Más que nada”, con unos guiños muy bonitos a sus canciones.

Para mí es una de las canciones más bonitas que hemos hecho. Dice: “Queda un minuto por amar, por detener la vuelta atrás, ochenta y nueve inventaría”. También habla de los castillos de India: “levanto castillos”. Todas las frases tienen un guiño hacia las canciones de India porque a mí siempre me han gustado.

Por esa admiración imagino que eliges a India y, ¿cómo nace la colaboración con Antonio José en “La canción al revés”?

Uy, con Antonio José… (Risas)

Después de una juerga, seguro.

Tal cual (risas) Fue después de un concierto suyo en Sevilla, fui a verlo y después fuimos a su casa a tomar algo. Eran las 5 de la mañana y dije: “Vamos a escribir algo”. Nos pusimos, salió la canción y dije: “¡Es bonita! ¡La voy a meter!” Y la metimos.

“Guardaré, de una vez, esta canción que cuenta mi derrota” – verso de “La canción al revés”-, al final si uno lo da todo, no pierde, ¿no?

Hombre, en este caso no estamos hablando de una derrota musical; se habla de derrotas personales, en una relación o en cualquier cosa.

Las canciones las acaba de componer el que las escucha y yo soy de las que piensa que, cuando uno lo de todo, en cualquier ámbito de la vida, nunca pierde, siempre se gana algo, en este caso una canción.

¡Qué cierta es esa frase! ¡Me gusta! Las canciones las acaba de componer el que las escucha, es verdad. Y claro que puede ser, puedes interpretarla de todas las formas que quieras, para eso está y eso es lo bonito.

En un primer disco uno tiene muchas cosas que contar y muchas ganas de hacerlo. ¿Qué sensaciones y qué emociones hay encerradas entre los versos de “Nuestros Principios”?

¡Mira las ganas de contar que he sacado 9 temas nuevos! (risas). Hay cosas muy personales que un cantautor expresa a través de su música y, esa música, la gente la tiene que hacer suya y terminar de componerla ellos. Y que esa historia que estoy contando y esas palabras que utilizo las sientan porque alguna vez les hayan pasado a ellos. La magia de ser cantautor está en no desvelar nunca porqué van o no van las canciones, sino que la gente las interprete, si no, se perdería toda la gracia.

Para los artistas componer es una manera de entenderos y de traduciros, ¿qué has descubierto de ti mismo en este disco a través de tus canciones?

He aprendido que yo antes pensaba que era más parco a la hora de escribir o de hablar y, sinceramente, después de haberlo escrito y trabajado con mi equipo, descubres que puedes llegar a escribir cosas muy bonitas.

¿Componer tiene más de reto, de desahogo o de cura?

Yo creo que de desahogo y de cura. Evidentemente, también fue un reto al principio, pero, a medida que vas escribiendo, se convierte más en un desahogo y en una cosa más personal que en un reto.

¿Qué necesitas expresar a través de la música que no seas capaz de hacer de otra manera?

No lo veo como necesidad tampoco, más bien son ganas. Como te decía antes, son cosas íntegramente personales que expreso a través de la música.

¿Cuándo te das cuentas de que lo que tú escribes sobre ti, habla también sobre mí y sobre todo el que lo escucha?

Te das cuenta porque realmente las historias que le pasan a una persona le pasan a todo el mundo.

Sí, pero no todos las expresamos igual. Si yo lo escribo no llega de la misma manera que si lo haces tú. Eso es un don.

Intentas escribirlo de una forma en la que la gente se sienta también identificada, no llevándolo a un terreno superpersonal en plan: “El otro día me comí un filete con patatas y pimientos con ella”, sino más en plan, “Comí con ella”, porque comer, comemos todos (Risas)

Es un disco vivo que abraza, besa, llora, regaña, reconforta… has conseguido lo más complicado: hacer de la simplicidad un arte. ¿Es algo buscado o salió así?

Sale solo, creo que eso sale solo a la hora de escribir. Tú solo tienes que pensar en lo que quieres decir y lo dices. Y lo haces de una manera poética, bonita y simple, como dices, y, al final, salen cosas que realmente hemos vivido todos.

Hablando de esas letras, en “Fuimos vida” dices: “Porque nadie sabe lo bonito del momento al escribir la vida”. Cuéntame cómo son esos momentos de los que hablas.

Lo que fuimos, lo que hemos sido, lo que vivimos… son cosas que, en una relación, o también se puede extrapolar a cualquier otra cosa, por ejemplo, a un trabajo; tú te puedes enamorar de tu trabajo y “Fuimos vida” haciendo ese trabajo. No hay que llevarlo todo al amor, evidentemente escribo sobre eso, pero se puede interpretar de la forma que tú quieras. Nadie sabe lo bonito de las cosas que estás viviendo porque las llevas dentro y no se lo has dicho a nadie.

“Mi reino” es el primer single extraído de esta reedición; Ricardo III gritaba en la novela de Shakespeare: “Mi reino por un caballo”. ¿Por qué entregaría el suyo Luis Cepeda?

La interpretación de esa canción es que mi reino significa “mi status personal” o, mejor dicho, habla de mi bienestar estando completamente solo y que ha llegado una persona y se lo ha cargado. Va de eso: de una persona que aparece en tu vida y te rompe todos los esquemas, todo lo establecido y todo lo simple que tenías. Tú estás solo ahí en tu reino y alguien te lo quema y por eso sales de él. Yo creo que ese reino ya se ha entregado.

Entonces entiendo que lo entregarías por amor.

Exacto.

En “Cuando no estés”, sorprendes incluyendo un rap, supongo que la parte divertida de la música está en jugar, experimentar y no limitarse o ceñirse a un estilo.

¡Claro, ahí voy experimentando un poco! Quedaba un cachito en la canción y dije: “¿Por qué no metemos aquí un rap?” En verdad es un rap bastante duro porque estás hablando de olvidar a una persona, había que meterlo y lo metí.

Habrá mucha gente que te hablará del poder mágico y terapéutico de tus canciones, ¿qué sería lo más mágico que te ha regalado a ti una canción?

Haber escuchado a gente decir que están en el hospital o que están pasando por un mal momento en su vida y que se ponen mi disco y les ayuda, les saca una sonrisa o les hace pensar en otras cosas. Eso es lo más mágico que te puede pasar a la hora de componer o de escuchar una canción.

Te han pasado millones de cosas desde OT hasta hoy, ¿has podido pararte un momento, pensar y ver con perspectiva todo lo que estás viviendo o todavía te estás ubicando?

De esto no te puedes ubicar nunca porque son cosas que pasan de golpe. Yo no he estado haciendo una carrera de resistencia todavía, la estoy empezando a hacer ahora y ha sido todo tan de golpe que esto no es asimilable por nadie. Yo creo que es como cuando llevas un curriculum a una empresa muy grande y te contratan y, de repente, eres director de esa empresa y cuando te sientas en tu silla piensas: “¿qué narices ha pasado?”. Es esa sensación y no lo puedes asimilar. Y lo único que puedes hacer es cumplir bien con tu trabajo y hacer que esa empresa funcione, y es lo que estamos intentando.

¿Qué te mantiene anclado a tierra?

Cuando me hacen esa pregunta yo todavía no sé qué es no estar anclado a tierra. ¿Qué significado tendría?

Hay una frase que tú has dicho y que creo que te define muy bien como artista: “Se puede vivir de mil formas de la música sin ser una estrella; componer con otros o para otros”.

Por supuesto, es que es así.

Al final para ti no es tan importante estar delante o detrás de un micro, encima o debajo de un escenario, pero sí estar respirando música de algún modo, vivirla de cerca.

Hombre, me gusta mucho poder estar detrás de un micro y sobre un escenario, es importante y me gustaría poder seguir haciéndolo. Pero hay mil formas de poder vivir de ella y ser feliz igualmente porque haces música.

Tal vez tenemos una idea del éxito un poco distorsionada, si no lo vendemos todo y somos una cara reconocible parece que no hemos conseguido nada y no es así.

También es verdad y eso no es lo importante.

Siempre soñaste con poder vivir de la música, a día de hoy, de lo que proyectabas cuando empezaste a soñar con esto a lo que se ha convertido en realidad, ¿cuánto hay de todo aquello?

Es bastante más lo que está pasando ahora que lo que soñé. Yo siempre lo digo, cuando me presenté a “OT” o a “La Voz”, pensé en que fueran una plataforma para, al salir, poder trabajar de ello, poder llenar algún bar en Madrid, “El búho real” … ¡Yo qué sé! ¡Cualquier cosa! Pero no como un medio de voy a ser famoso y voy a salir en la tele, era un medio de trabajo.

Entre nosotros, por si no lo sabes, te diré que, a día de hoy, “El búho real” lo llenarías con creces… (risas)

¡Y ojalá dentro de 10 años esté llenando “El búho real”!

¿Cuántas oportunidades hay que darle a un sueño?

¡Yo qué sé! ¡Todas las que vengan y se te presenten! Yo lo he conseguido a los 28 años, hay gente que lo está intentando desde los 10 como las niñas que son bailarinas o que están desde pequeñas entrenando; ese es el claro ejemplo de perseguir lo que quieres.

En tus letras cuentas muchas cosas: hablas de amor, de historias y de sentimientos. Ya que expresas tan bien lo que sientes, ¿eres lo suficientemente valiente como para llevarlo a cabo?

Yo creo que sí, porque si se escribe es sobre cosas que son verdad, si no, sería todo un poco farsa.

Bueno, también puedes idealizar y escribir sobre cosas que te gustaría que pasaran y no solo de algo vivido.

Se podría idealizar, pero yo creo que hay que escribir sobre cosas vividas.

¿Todo lo que has escrito te ha pasado? ¡Qué locura! (risas)

No sé a qué “todo” te refieres (risas) Yo cuando escribo lo hago de forma ambigua, no se sabe lo que ha pasado y lo que no, o de quien estoy hablando o de quien no… no sé, se puede interpretar así.

Un disco refleja musicalmente el momento actual que atraviesa el artista cuando lo crea, ¿cuándo escuches este trabajo en el futuro qué imágenes vendrán a tu mente?

Momento actual o no… puede haber canciones que hablen de futuro, puede haber canciones que hablen de un pasado de hace mucho, hace 5, 10 o 20 años… de una niña de tu colegio y que, de repente, pienses: “¡Anda, voy a escribir sobre ello!” ¡Nadie lo sabe y eso es lo bonito!

“Principios” era, entre otras cosas, un homenaje a tus padres. En esta ocasión, “Nuestros Principios”, lo es también a tu “Tropiña”, una de las más entregadas y con la que mantienes una relación muy estrecha. Os cuidáis y os protegéis mutuamente de una manera increíble.

Sí, me defienden bastante por ahí, por redes. (Risas)

Están volcadísimos contigo, para lo bueno y para lo malo, te apoyan de manera incondicional. Has estado con ellos en las firmas de discos, meet and greets y siempre que puedes, aunque ese contacto por redes ya te habrá dado una idea, ese encuentro físico será fundamental.

Claro, el contacto real es fundamental, aunque yo intento tener contacto directo con ellos también por las redes. Evidentemente hay gente que no lo entiende. Hay muchos artistas que utilizan redes solo para hacer promoción… pero yo intenté desde el principio usarlas como algo personal, al menos para tener contacto directo con ellos. Un día, por ejemplo, estuve jugando al ajedrez con ellos (risas) A mí me gusta hacer cosas así con ellos.

Si te hablo de gira, ¿qué te pasa por el cuerpo?

Pienso en la que he hecho ya, en los momentos que he pasado y he vivido y que, han sido, evidentemente, increíbles. Y también me vienen las ganas por los que quedan.

¿Podríamos decir que hay una parte de tu alma que solo aflora sobre un escenario?

No te creas. Yo creo que soy igual en todos lados, cantando sobre un escenario que aquí, puedo tener el mismo humor y la misma manera de hablar. A ver, no es el mismo sentimiento cantando delante de 500 o 1.000 personas, que haciendo una entrevista, pero intento ser siempre la misma persona.

¿Qué piensas en la pequeña distancia que va desde el backstage hasta el micrófono?

Si te digo lo que pasa ahí, no es lo que estás pensando (Risas) No vamos en plan serio diciendo: “Venga chicos, vamos a hacerlo bien” Nos vamos riendo, diciéndonos cosas por el micro, a la gente de sonido… no es cómo lo imaginas, es más gracioso. Nos lo pasamos muy bien.

El público cuando escuchamos una canción con la que tenemos un recuerdo, automáticamente nos transportamos a ese momento al escucharla, ¿al interpretarla uno se retrotrae al momento o persona que la inspiró?

Es una mezcla entre eso e intentar hacerla bien. Si te retrotraes demasiado al momento, se te va de las manos la canción (risas)

Hay que equilibrar bien la emoción y el pensamiento, ¿no?

Justo. Es una mezcla entre las dos cosas.

Presentar por primera vez canciones en directo tiene que ser muy especial, ¿cómo vives esos momentos?

Lo vivo con miedo, porque las primeras veces que las cantas estás nervioso. Si ahora tengo que hacer una gira o un concierto de los temas que ya he tocado 40 veces en 40 sitios distintos, pues supertranquilo y los cantó superbién y cero nervios, pero cuando estrenas y los has cantado solo dos veces o una, entonces, todavía me pongo nervioso.

Al final las canciones tienen ese escudo y te protegen en el escenario.

Sí, pero cuando ya las has cantado varias veces, si no, todavía están verdes (risas)

Durante tus conciertos diriges unas palabras muy cariñosas hacia Antonio Orozco y cantas su tema “Ya lo sabes”. ¿Qué ha significado él para ti? 

Antonio, como persona, es lo mejor que me he encontrado en la industria musical. Me ha invitado a cantar a varios conciertos, cosa que han hecho pocos en este mundo. Es de valorar que una persona esté saliendo del huevo musicalmente, partiendo desde cero, y que te inviten a cantar y a darte a conocer ante su público, es muy bonito el gesto.

David Otero también; lo conocí y desde entonces se ha portado superbién conmigo. Por eso yo intento agradecerlo.

¿Qué te da la música que no te da la vida?

Es que es lo mismo: La vida te lo da todo y la música me ha dado, y quiero que me siga dando, momentos como los que he vivido hasta ahora y que me han hecho ser muy feliz. Cantar y poder vivir de ello.

Images: Javier Ortega Ponce Twitter: @pirosgrapher Instagram: @jop_videophotography )

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