Hace semanas que la gente me pregunta ‘y bueno, en vacaciones ¿qué vas a hacer?’. A los españoles esto de que esté jarreando en pleno junio y que estemos asqueados del tiempo no nos impide que pensemos en lo más ancestral del ser humano, el descanso.
No sé si ancestral como tal pero la cerveza a la orilla de la playa no la perdonamos y si hay que echarle imaginación extra se le echa. Porque estamos por pedir que Inglaterra nos adopte pero con la cabeza en un resort de Marbella.
Básicamente como ellos. Ahora entiendo a la gente que vive en la lluvia permanentemente, aunque a las londinenses sin calcetines en pleno diciembre las sigo sin entender. Recuerdo hace unos años en Londres cuando cogí el metro y las vi…. que por cierto si llego a llevar una capa más de ropa me detienen por causar desprendimiento de retina a los viandantes .
Como van ellos aquí en verano sin camiseta pero yo a la inversa. Me movía en modo ballena varada o como un sumo japonés.
No sé ni como me dejaron subir al avión. Lo único que pesaban eran las maletas pero si me pesan a mí, me facturan como equipaje de bodega. Yo veía a todas esas chicas un sábado por la noche con manoletinas que probablemente se cambiarían al llegar a destino por unos tacones, sin calcetines y no daba crédito. El termostato corporal desde luego no era igual que el mío.
Supongo que te debes curtir depende de la zona en la que vivas, que se lo pregunten a los rusos que no hacen ni una carretera derecha. Pero volviendo a las vacaciones la verdad es que soy de última hora. Esto viene a ser un poco como mi columna del viernes, hay quién desayuna bols de chía instagrameables y quien come una galleta por el ascensor porque no le da la vida.
Obviamente soy de la segunda opción para todo. Amigos planeando las vacaciones y yo todavía no sé lo que voy a hacer mañana. No planeo mucho las cosas y nunca encuentro ofertas, tengo amigos que podrían pelear en el parqué de la Bolsa de Nueva York porque sus tejemanejes con las ofertas son dignas de brokers.
Esto es igual que cuando Renfe ofertó billetes a 25 euros por el 25 aniversario. Cuando los quería coger, la web entraba en el mismo colapso que tenía yo. No había manera de hacerse con un billete de esos. Era como cuando de pequeña cogía peces en el charca de la feria. Tiraba la caña y aquellos peces no imantaban con ese palo viejo. ‘Esto está roto mamá ¡a los ponis!
Pues esto es un poco lo mismo, si no sale una cosa saldrá otra, vivir improvisando tampoco está nada mal y con improvisar no me refiero a tener la pulsera del todo incluido y que tu única emoción vacacional sea cambiar Coca Cola por Aquarius.
De todas maneras ahora las vacaciones ‘se retransmiten’ por instagram así que nadie está exento de noticias. ( Lo pongo entrecomillado por los que no nos da tiempo a fotografiar la cena a la orilla del mar y nos damos cuenta cuando ya nos la hemos comido). Es como un pack turístico sin pisar la zona elegida. Y los espectadores, pues como la vida misma. Esto sería un tema magnífico para la próxima columna… La gente que ve tus stories de Instagram. ¿No os parece?
Images: Living Backstage
